martes, 23 de junio de 2015

Una familia.

Para ver
Solo necesito ser
Solo el sol tener.

Donde fuiste la otra vez, cuando sentado por la noche te busqué, fuiste tu quién sopló en mi frente, y me dijo esa tarde que iba a ser papá. Tocaste mi corazón y me lo hiciste ver, la vida es el misterio que llena el espíritu de gozo. Por las noches me visitas, de día me acompañas, y en mi pensamiento eres desde siempre y por siempre. Como un rayo de luz entras por donde el espíritu se posa y deja el tabaco quieto, mostrando que ahí está, está en su lugar, y a pesar de no saber para dónde va, sigue ahí para descubrirlo, viajar con El, para darme cuenta que este cuerpo no es toda la vida y cuando muera seguiré vivo a través del espíritu, quizá viajando, o volveré a ese otro lugar del cual no me puedo acordar, y que visité antes de venir acá y convertirme en lo que soy. De esa manera tú me hablaste, creación de Paula y mía, te pegaste en el hombro y me tocaste a la cara, para aclararme que los hijos y las hijas no son de nadie más que de ellos mismos, del Espíritu que los creó, pues ellos y ellas deciden venir a este mundo, y encarnarse para experimentar el Amor.  Ahora que estás en la barriguita de Paulis me comunico contigo, para que me aceptes como soy y para que nos aceptes como somos, para darte buen consejo y cobijarte con cariño, estar a tu lado en los momentos buenos y malos, para que sea yo una persona digna de ser tu protector, tu padre, un ejemplo que tu no necesariamente seguirás, pero si seguro tendrás muy en cuenta para muchas de tus decisiones. Te esperamos bendición de Dios, con emoción y decisión de que nuestro hogar es bendecido y que Dios nos enseñará su amor, a través de esta experiencia, una familia.

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