sábado, 10 de abril de 2010

Mujer de los sueños.

Sueños y recuerdos que me persiguen, olores y encantos que ya no están, palpitaciones presentes, imágenes perdidas, hay que dolor el que sentí anoche cuando asustado desperté y te vi en tal estado, te desconocí tanto que te juzgaba ya despierto, hasta que recapitule la escena y me di cuenta que todo había sido mi invención. Dormido o despierto te recuerdo, tu nombre está en mi corazón, no sé como sacudirme, cualquier cosa que intento te trae nuevamente, en el celular o en las cartas, en la presencia y en los sueños, ahora que te he despedido solo me queda el recurso del reset. Unas saladitas lagrimas para que me llegue la sensacioncilla de que todo ya paso y lo que vendrá será mejor, porque al fin y al cabo eres un nombre y nada más que eso, nada tiene que ver la realidad con las letras que lo componen, la cara que me recuerda, los momentos que vivimos, es ilusión y solo evocación de la energía complemento, y de la cual no puedo más que dar una estrella al cielo para que la encarne y tome al lado mío, nada más que eso es permitido en la ley del universo, porque ya tu te has ido y te he dado vía libre.

Figura sentida del instante letal, acetato vencido del tiempo de atrás, dejo que las letras se busquen solitas y busquen en el baúl del corazón, ya se quemó y atascada en la garganta la promesa se quebró, no hubo un compromiso y fortaleza, la mismísima soledad nos encanto, y preferimos recordarnos, visitando cuerpos como si fueras tu y como si fuera yo. Desolados en misterio, se nos van los años y nos fuimos por siempre, me duele mi pecho y mi corazón se abre pidiendo un alma que lo reciba, una humana que me sostenga, me voy desgastando y sosteniendo de un milagro, solo un milagro, cualquier esfuerzo por lograrlo esta dibujado en contra mío, para que afilar la punta que a mi mismo me va a entrar.

Hay mucho más que hacer, mucho más en que creer, pero tan cerca como te sentí cuando desperté, tan asustado como estaba, te fuiste conmigo en todo el sueño, en todo el día, en el trabajo y en el descanso, por eso aunque la metáfora te insinúe, nunca es completa ni mi deseo satisfecho, pues está definido a una ilusión que sabrá Dios si es o no la realidad, sea lo que sea y venga por donde venga, es cuestión de respirar y también exhalar, asomar el ojo y ver al horizonte, escuchar al otro y no quedarse en tal melancolía. Para que jadear si se está saciado, para que agitarse si se está tranquilo, saludes a ti, persona humana, mujer encantadora, si algún día lees estas letras se que yo te amo y llevo hondo en mi corazón, te he intentado sacar, pero hay sigues nuevamente, se que es cuestión de tiempo y esperar a que se transmuten las energías y llegues nuevamente, en otra envoltura, en otro nombre pero la misma esencia, al fin y al cabo nada de esto es muy nuevo, mas bien conocido, y sobre todo divertido.

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