Sueños que llegan que tuve cuando niño, inversión del mundo, olvido y sin memoria, avanzo en un camino de luces blancas y espinas verdes, me encuentro con migo mismo y siempre muero diariamente, a veces a las tres otras a las cuatro, no hay hora siempre presto, para enterrar esos demonios, porque aparecen cuando menos dice la conciencia que se es, menos mal eso no existe, menos mal es ilusión, porque la verdad la tengo aca, adentro afuera a donde vea o no lo vea, invisibilidad visible, presentimiento general de nuestro cambio, y pues cada quien tiene su destino, si señores que lo tiene, Dieguito Alvarez poeta de la colina asi lo ha descubierto, asi lo ha asumido, mientras otros ahogan penas en alcohol, por celebrar o simplemente lamentar, venga cosa estúpida, es perder el hígado y también la compostura. Las cosas de Dios para algunos son absolutas, para otras simples palabras que suenan etéreas y alejadas de la realidad, cuanto mas nos faltara para conocer como nos conoce a cada uno, para ver como nos ve, y ser lo que se es. Ajijuejulia que la cosa es maravillosa, a veces asusta pero la victoria es segura, porque no vinimos a triunfar, perder o ganar, a ser ricos pobres ni desventurados, estamos por algo mas, inentendible a nuestro entendimiento, invisible a nuestros ojos, pero profundo y hondo que se siente, es la misión, es la aceptación. Haciendo la tarea vamos, a última hora y en el bus, pero al fin y al cabo no hay tiempo correcto, equivocado ni descachado, todo es y no mas que es, cuando el de arriba lo decida.
Y así nos lo contaba, alcoholizado y con la mente etilizada, que a Dios se lo había pedido y así mismo lo había obtenido, se quedo en el camino, cuando la emoción sintió y no supo agradecer, tomar la cosa con calma y aceptar que no fue él sino el mismo Dios quien su sueño hizo realidad, pero a su ego lo enfrentó. Quien sabe como terminara la historia confusa del juego de la oca, por mi parte yo solo narro con letra humilde y siempre agradecida, porque de Dios viene todo, no de nosotros ni de la buena suerte, el Universo así lo dicta, así lo escribió cuando todo empezó. Aprender a caminar, tropezar y guaimaronear, recitar cuatro poesías para que el cambio nos ocurra, y aunque la exploración diluya esencias verdes e inciensos rojos, el Sabbat es el mismo, es el siete, el numero de la perfección, cuanto tiempo dinos Dios, tendremos que esperar para subir el séptimo escalón, para quedarnos en tus huestes, por ahora acepto jolgorioso a la carreara séptima, y a la calle 13, venga a hacer las cosas venga a trabajar, porque Dios hizo al hombre perfecto, y este se creyó ser el mismo Dios entonces fue castigado con tener que trabajar, pero la libertad se le daría si de sus culpas se expiaría, y asi la sangre fue entregada, asi el cordero fue sacrificado, para que celebrar con soberbia, creerse el duro, creerse lo mejor, si gusanos somos, y a la vida lo debemos, venga y hagamos sin halagos, venga construimos sin arribismos, mato a mis demonios, e intento matar a otros.
lunes, 2 de agosto de 2010
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1 comentario:
fantástico blog!
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