viernes, 12 de diciembre de 2008

De los inconsolables lamentos del escribiente durante su estadía en el reino de las cucunubainas.

Porque será que mi conciencia me recrimina sin cesar, porque las palabras de la gente que mas quiero me queman muy adentro, como si les faltara yo en algo, y no fuese ante ellos quien verdaderamente soy ante la vida, que duros estos días en que se pasa de la alegría a la nostalgia en una gota de segundo, en que se siente la gracia llegar con toda su deliciosés y luego aparece la mente hablando, latigando y recriminando lo que haga o deje de hacer, no quiero saber nada mas de recriminaciones, la vida es perfecta pase lo que pase, y así a veces no se sienta como tal, que carajos, no me canso de aludir a ese pasaje de la Biblia en que Jesús siente miedo porque sabe lo que lo espera. Sin saber a ciencia cierta mi destino, y poco interesado en ello, siento miedo porque he bajado la guardia que traía tan bien entrenada, con letoquiticida incorporado, mejor aun que la defensa de la selección italiana de fútbol. Llevado en la inopia, y sin inspiración divina para sentarme a escribir, no renuncio a la misión de escribir, pues aunque todo en estos días se sienta y vea doloroso no es mas que la mentira que mi mente juega, el ego esta rebotado, pues las energías circundantes no gozan del autocontrol, y yo solo es poco lo que puedo hacer, que tanto soñé venir acá y ser capaz de cambiar algo, y ahora me doy cuenta que las palabras de Ana en Mullumbimby eran mas reales de lo que pensé, yo le dije un día, “yo sueño con que el mundo cambie”, y ella me contestó que porque no mejor trataba de cambiar yo, lo oí extraño y resignado, pero la existencia humana también lo lleva a uno por esos sabores desabridos en los cuales lo magnánimo se encoje, y lo trágico se agranda, porque pasará eso, porque Dios mío, dame una señal que me saque de este hueco pues no es aquí a donde pertenezco.
Que ganas de llorar me llegan, lo que se es real es ahora, y de nuevo, un mero concepto de estas letras, pues todo adentro mío se diluye como alkaseltzer, el face to face esta en crisis, mi ego sigue haciéndome creer que nada se puede, y que todo es un problema, salte de mi vida, Dios ayúdame, por tu hijo Jesús sácame de este hueco en el que he caído llevado por mi propia mano e ignorancia. Estoy sufriendo porque estoy sumergido en un mundo que considera lo mas importante lo que para mi es apenas secundario, me duelen las huevas porque ese mundo de afuera con sus mentiras trata de tomarme y hacerme creer que yo no soy apto para la vida, que estoy equivocado y me he vuelto un inútil, porque me timas o mundo condenado desde el principio del universo, si yo se que tanta cosa que se dice tan solo llena huecos vacíos de conversación sin ningún sentido de verdad, solo juzgamiento, envidia, arrogancia, vanidad, quiero ver el fin de todo eso, luchando por no portar ni reproducir ese falso mundo que a los ojos de muchos no es nada mas que el mundo.
Cual será el conjuro a descubrir sobre este nuevo camino, que pueden aportar las artes destineológicas, la revolución de la recocha y la espirituología del humor, que elemento nuevo hay que no he visto y no he consignado en estas letras, vivo en un pueblo llamado Cucunubá, chiquitico, campesino, sabroso, donde algún sueño seguramente se esta haciendo realidad, donde la abundancia nunca desampara a sus moradores así ellos mismos sean cómplices de la destrucción de sus recursos, que grande es la vida, y que tanto respeto le merecemos a esta creación, como seguir disecando lagunas cuando el agua es vida, como seguir secando quebradas cuando a pesar de todo lo que hemos hecho no ha sido suficiente para que Dios nos deje sin agua, por favor, oh pueblo de Cucunubá y futuro reino de las cucunubainas, paremos tanta destrucción y metámosle la ficha a poner árboles, a cerrar minas y disfrutar del paisaje que tanto fruto bueno trae y como regocija al alma.

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