viernes, 12 de diciembre de 2008

El escapista.

Como duele pensar que volver fue un error, desde antes de decidir estar acá sabia yo que encontrones iba a tener, y así es, que soledad se siente en todo esto, la vida poco se siente como vida y el fuego de quienes estamos llamados a hacer la revolución en estas tierras no se siente por ningún lado, cada uno va en su cuento con la certeza de estar haciendo por hacerlo, o porque las condiciones lo imponen de esa manera. A un mes de mi llegada a estas tierras y con la conciencia que es poco lo que solo puedo hacer, no he visto nada, siento lo mismo que sentía cuando aquí vivía, cagado del susto anhelando algún día poder irme, yo sabia que a este sabor me tenia que enfrentar, que la cosa no iba hacer fácil y que en una prisión de vida me iba a meter, aquí esta el reto para mi ahora, desatar el candado que esta al otro lado de la puerta, sin salir al agua y ahogarme, como esos escapistas que alguna vez vi en la televisión arrojándose al agua en una caja cerrada con candado, pasaban las minutos y el pánico en el publico hacia pensar que de esta no salía, siempre se equivocaban porque el escapista siempre escapa, y si falla, pues escapa de este mundo, sabia profesión, siempre se gana.
Pues entonces tocara aplicar esa técnica del escapista que siempre cuando vive lo hace como un héroe, por algo sobrenatural, y si muere, quizá quede como un pendejo, pero lo que no saben, es que es más pendejo quienes viven solo por procurar estar vivos. Así veo yo la cosa, vencer o morir, pero la sin razón de la vida no me puede ganar, todo esta adentro, ya lo se, solo es activar el swich de la Cosa Connection y automáticamente puedo afirmar que hasta la perdida del sentido de la misión hacen parte de la misión, si hasta Jesús sintió miedo antes de ser crucificado porque me he de avergonzar yo, un simple e insignificante mortal, si es que además de ser humano, estoy en el país mas violento del mundo, aquí la muerte se siente como algo frío, parte del paisaje o de un programa de animación llamado el noticiero, que puede pasar por comedia cínica barata, perfecta para entretener estúpidos y adormilar la vida. Donde pasa todo esto, estoy yo, y no se sorprendan mis estimados lectores que me vuelva a refugiar en un mundo de palabras, por lo menos mientras la Providencia se manifiesta y me da el camino justo para fallecer, hoy quiero morir, pero se que no voy a morir, porque aun Dios no me ha dado un motivo para hacerlo, mientras tanto, seguiré escribiendo y escribiendo sin pensar siquiera, que el teléfono esta sonando y es numero equivocado.

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