sábado, 20 de junio de 2009

Tres cuentos malos acerca del final.

Camina por dos senderos y uno de ellos tiene clavos en el piso, en la parte de arriba un gordiflón con espuelas, y un traje de masoquismo, lo azota con un chipote chillón de púas metálicas que se incrustan en su espalda, y ahí esta aquel hombre quien por desventurado podría pasar para el ojo desprevenido de cualquier observador, pero lo que no saben estos es que el esta feliz de haber llegado a su fin. En la otra escena esta Rosalina, abrazada con su novio diciéndose cosas bonitas, el la acaricia por la espalda y baja a la colita en titubeos coquetos e intermitentes, ella por su parte solo revuelca su pelo, y le acaricia la nuca con sus uñas no recién cortadas, al ojo del observador desprevenido, el goce de esta pareja se siente sabroso, pero lo que no sabe este, es que ni ella gusta de él, ni él gusta de ella. Asomo un poco mas arriba y encuentro una camada de pájaros que vuelan todos juntos desde el norte canadiense para descansar en la laguna de Cucunubá, cada año llegan menos, y siempre algunos mueren, pues cada vez es mas poco lo que encuentran para comer, al ojo desprevenido de un ecologista esta es una triste situación pero lo que este no sabe, y ni se imagina, es que se esta cumpliendo la revelación. Así sucesivamente la vida puede pasar, bajo el ojo humano desprevenido que cree lo que no es, o que más bien juega con su percepción, pa donde va todo esto, quien sabrá, que pensara el azotado, la pareja de las caricias y esta camada de pájaros. Observan viviendo y nada mas sabrán, morirán y no podrán contarme como pueda yo terminar esta mala historia acerca del final, porque será que todo lleva allá, querámoslo no, al comienzo y al fin, al momento en que todo cuento malo muere y seguramente lo hará para que otros puedan nacer.

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