viernes, 5 de marzo de 2010

La chica antropóloga y el man.

Es acaso decir contar historias estúpidas un acto realmente estúpido? Buena pregunta para alguien como el profesor Aurelio Gallo, quien además de sentirse tentado por esta pregunta además le pone un tinte mas teatral cuando performa los personajes de su propia explicación, he aquí una pequeña historia: Una persona de sexo masculino llega a un hostal estudiantil, allí se encuentra con una estudiante de antropología buscando un lugar para su tesis, el muchacho ya se graduó de la universidad, tiene 28 años y trabaja para un instituto de investigaciones, se conocen de casualidad casi al instante en que el muchacho entra al alojamiento y hablan sobre algún tema de esos que se despuntan por el compartir un estudio humanístico universitario, evidentemente el muchacho se siente atraído por la joven pues le parece agradable y bonita, el contacto continua con el acompañamiento en el comedor a tomar un caldo mientras platican de los peligros que corre el conocimiento indígena del amazonas de ser pasado a segundo plano por sus herederos, en fin conversaciones de chamanística, curarologia o cualquier interesante logia. Pero nada interesante ni satisfactorio para lo que ellos piensan, pues él le gusta a ella, y ella a él, no se lo han dicho, pero siguen hablando y ahora pasan de lo intelectual a lo banal, algunos cuantos comentarios de la política nacional y nada de nada, el tiempo aquí se acaba. Entonces la siguiente mañana la vio por última vez a la entrada del aeropuerto, ella ya se iba y ni pa un besito alcanzo el tiempito, aburrido quedo él, aburrida quedo ella, esperar que Aurelio Gallo les conjure una próxima ocasión.

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