martes, 6 de octubre de 2009

Destinos patrios y otros desvarios.

Sobrevivientes de una guerra que empezó en un accidente, que pario la misma ignorancia y la humanidad enterró, tiempo en que los días oscurecieron la vista al cielo, los oídos al viento y todo cayo por mucho tiempo, hasta que por fin hubo el renacer. Sobrevivientes de una historia narrada en letras al revés, susurran los secretos y los callan en sus días, no encuentran una persona para contarlos y se van en la punta de la lengua. Soñadores y poetas de los tiempos de la guerra, los héroes desleídos, existencias que lo ahuyentan. Pasa la tropa y el pantano viene subiendo, el caño teñido de oscuro les llega a la cintura, suenan las mismas voces de años atrás, son los himnos del combate, los aullidos de la muerte, el fin de todo tiempo y la tropa sigue buscando a su enemigo. Una mañana despiertan y con alta disciplina se alistan, una premonición los guía y les promete ser inmortales, un gobierno ha comprado sus conciencias y se lucran de la sangre ajena de los ignorantes, que por tal no dejan de ser culpables, los héroes de la muerte, la nación los halaga y muchos los acogen, que seguridad que sienten, que fusiles mas potentes, el fin de los tiempos va llegando y mucho hombre en el monte combatiendo. Sus balas ya no hieren pues su enemigo es un invento, el gobierno central emite órdenes que se han ido para el norte, muy leales siempre listos, los soldados ya se alistan, una nueva misión los espera mientras mami en su casa los recuerda, aullidos de la guerra, estúpida violencia, un país ensangrentado, amargado y enojado, de tus ficciones solo viven los condenados reclutados que persiguen fantasmas y el perico de esta guerra, te nombraron y desde su seno te compraron, vertiginoso deseo de consumo, vanidad extrema por querer parecer el más fuerte, el más apuesto, el más pilo o el más rico, fin del tiempo sentenciado, muerte instantánea de la civilización, un proyecto fracasado.
Suenan los tambores de las tristes melodías, parece no tener fin toda esta absurda guerra, como hacer algo en este esperpento que me duele, donde regar las lagrimas para apagar el fuego. Les escribo desde aquí, desde un lugar que Colombia lo llamaron, los humanos de esta zona de cualquier cosa se agarraron, pa sentirse machos complacidos, para violar las reglas y sentir alivio. Patria culpable, triste y pecadora, donde está tu sangre, donde está tu vida, donde estamos los relegados a ver un país condenado a la estupidez de los mas violentos. Señores y señoras, que comen de la guerra, que se alimentan del engaño y no sienten hacer el mal a otro, en el orden perfecto del universo no serán llamados y en el eterno fuego de las llamas quedaran por siempre, más vale afligir el corazón y presentarlo todo a Dios, ni una gota mas de sangre, libertad del secuestrado, culpa colectiva, solo tu perdón Dios puede aquí salvarnos. Por nuestra libertad no apostemos pues ya la corrupción tomo el poder, esperemos complacidos y también arrepentidos, que ya el color vendrá y la luz alumbrara.
Noches de soponcio, reflexiones de estos tiempos, vivir por una promesa, tener esperanza en lo invisible, no quiero estar aquí, ya me quiero ir, no pertenezco a esta tierra así todo lo mío este aquí, que venga lo que venga, por Colombia rezare, un mártir de su causa no soy, que me lleve el cielo lejos y muy lejos. Su historia es asquerosa, su naturaleza bendecida, sus personas muy humildes y también agradecidas, no soy capaz de dar mucho, pues soy humano y pierdo aguante. A esos soldados que se buscan un sueldo o una vida, no olviden que Dios dijo no matar ni al enemigo, condena colectiva, marcha derechito al matadero, se siente fuerte y con moral, porque un enemigo le han vendido. A estas palabras yo les digo que digan a su autor que las pilas se ponga, de lo contrario será parte de esta tregua del mal y sin remedio, más vale irse rapidito por lo justo, que vivir mucho por lo injusto, así que señor escribiente a mover el tiempo y perder el miedo, una misión debes realizar y la fe no puedes tu perder, confía a Dios tus días y observa vigilante el respirar, haz el bien al desvalido y mantente firme cuando digas no, una revolución quiero yo, con color bonito y muchos niños, que venga el baile y todo el arte que Dios es eterno creador, ya la luz se asoma, es de amor y puedo verla, asi será por siempre y a estas letras se las llevara la arena.

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