martes, 6 de octubre de 2009

El dilema.

Entre tanta cosa que me traje del interior una de esas me la paso Paula, es una colección de libros digitalizados, muchos libros, de todo, ahí miles que me interesan y otros miles que no conozco, el primero con que me tope ya lo había ojeado en Australia, precisamente uno de los últimos días en Sidney en un bote propiedad de la comunidad cristiana, se llama Confesiones y es de San Agustín, hasta donde he leído, que es muy poco, me da la sensación de que es un libro de grandes conclusiones, adonde se llega a lo que todos ya sabemos, tan solo me queda una pequeña duda, y es que si antes de saber todo ese don San Agustín, ya se había intuido por donde venia la vaina, muy seguramente sí, pero porque siempre se obstino en llevar una vida pecadora y una obstinada adolescencia? La verdadera respuesta a eso no la hay, solo sé que al leer apartes de su libro yo pienso y siento la verdad de sus palabras y reflexiones, en eso estamos de acuerdo, sino que por mi condición de pequeño aprendiente de las letras, y bebe ante la mirada de Dios no se qué hacer o dejar de hacer, si muy seguramente cualquier acción va ser pecadora y aun así no dejara de hacerme ver la verdad de Dios. El dilema que cae en todo esto, es donde se encuentra la tragedia de la especie humana, es el camino sobre púas escogido por cada uno, es el sendero que se apega a las falsedades de los hombres y se olvido de la verdad de Dios en la misma acción, cual es la acción entonces divina y que no cae en las cadenas de la corrupción? La vaina está escrita y habrá que consignarla, como vencer la tendencia a no ver lo que ya se ve, a no hacer caso ante el dedo que juzga y se burla y seguir una vida libre?

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